Si por cada estornudo me dieran mil pesos de seguro en este momento sería millonaria. Es que no hay nada más incómodo que vivir con la boca abierta y hacer ruidos extraños al comer porque el ahogo es inminente.
Realmente la vida en estas condiciones no es para nada agradable, menos cuando faltar a clases significa tener que hacer trabajos en tiempo record, y estudiar materias que sin haber estado face to face con el profe de turno se convierten inmediatamente en chino mandarín.
Los labios se secan y se parten, la nariz se irrita y se tapa, la cara se deforma, los parpados se caen. Martin Vargas otra onda.
Y el amigo buena onda paleteado no llevó la guitarra. Y fui a renovar el pase escolar. Y me despedí de la Dani que volvía a la selva de cemento -como alguna gente llama a una simple ciudad como todas. (Dios, todo en Chile es de cemento).
Y escuché a la Urrejola mientras estudiaba quimica con la jose y el chris. Y era casi como un Martes llevado a Lunes.
Por suerte, así no es como recordaré el colegio en unos años más.
Gosh, muero por un tapsin.
lunes, agosto 8
Elite es mi copiloto
Subscribe to:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 Comment:
Cool
Post a Comment