Tengo problemas con la música latina y lo reconozco. Siento que la mayoría de las bandas o exaservan a más no poder eso del estar al sur de Estados Unidos, o se olvidan completamente de sus raíces y empiezan a ser fieles copias de sus influencias extranjeras.
Lo mismo me pasa con lo chileno. Me carga ese discurso de "apoyen la música chilena" o de "si es chileno, es weno". Creo que es una manera triste y facilista de decirle a la gente que se mame el disco de Los Mox! o el de Quique Neira porque puta, es chileno!
Si al final lo que importa es que toquen buenas canciones que hablen sobre asuntos más cercanos a nuestra cultura y no sea tan complicado verlas en vivo.
Si cumplen con eso yo soy la primera en comprar (bajar) sus discos e ir a cuanta tocata organicen.
El otro día leía un
artículo en la revista In de Lan que hablaba sobre esto. O sea, no sobre esto esto, pero si hacía un análsis del camino que ha seguido la industria local desde Ricky Martin hasta Juana Molina y me gustó bastante.
En un momento citaba a Charly García cuando en 1982 dijo "La alegría no es sólo brasileña", y aunque el discurso esté añejo y ahora se quiera demostrar que "el latino" puede dejar de mover las caderas como Marc Anthony y logre ponerse melancolico a lo Drexler, yo me quedo con la fiesta.
Empecé a pensar y de toda la música gothic depresive que acumulo en mi disco C:, la más alegre y bailable es la que viene de acá cerquita.
Plastilina Mosh, Kinky, incluso Babasonicos y por supuesto Cafe Tacvba me hacen mover los pies más que ningún otro.
Probablemente el sonido de ellos esté más influenciado por las playas de California que por Acapulco, pero el espíritu y la actitud es cien por ciento local. Creo yo.
¿Todo esto porqué? Porque el sábado fui a uno de los recitales más potentes y bailables de mi vida y caía de cajón escribir algo sobre eso acá.
No me quiero enfocar en las pifias del sonido, ni en las canciones que no tocaron y menos en las chiquillas que en cada momento de silencio se mandaban el grito euforico ensordecedor. Pero sí en el baile de Ruben Albarrán. Incluso en un momento paré de bailar para observar bien sus movimientos y el tipo debe trabajar su físico tanto o más que Angelina.
Sequísisimo.
Cuando los ví por primera vez el 2003 quedé pegada seis meses, ahora voy por las mismas y el 2012 espero sea igual. Acá un video de cómo empezó la verdadera fiesta interminable.
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