Es noviembre y cada lunes que pasa parecería estar más lejos del viernes.
Ni los comerciales buena onda de nescafé, ni los días soleados a las ocho de la mañana, ni las tardes en las queda tiempo para tirarse en el pasto y mirar cómo avanzan las manillas del campanil, ni nada de lo bueno que pueda suceder en las doce horas que me mantengo despierta, ayudan a desenredar los nudos de una espalda que a las nueve de la noche ya no quiere más nada, chico.
Por eso me gusta cuando la vida a veces conspira de manera positiva, y llegan a mis oídos sonidos que bien sirven para, por lo menos, bailar un poquito frente al espejo y olvidarse de los reportajes, informes, guiones, trabajos y terminar poniendo todas las neuronas concentradas en un adorable sintetizador.
Ni los comerciales buena onda de nescafé, ni los días soleados a las ocho de la mañana, ni las tardes en las queda tiempo para tirarse en el pasto y mirar cómo avanzan las manillas del campanil, ni nada de lo bueno que pueda suceder en las doce horas que me mantengo despierta, ayudan a desenredar los nudos de una espalda que a las nueve de la noche ya no quiere más nada, chico.
Por eso me gusta cuando la vida a veces conspira de manera positiva, y llegan a mis oídos sonidos que bien sirven para, por lo menos, bailar un poquito frente al espejo y olvidarse de los reportajes, informes, guiones, trabajos y terminar poniendo todas las neuronas concentradas en un adorable sintetizador.
1 Comment:
en el ultimo tiempo la vida conspira de forma positiva con nosotros??
Amiga, cuiddate, chau
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