Ha Ha

Hice este blog con la intención de escribir todos los dias. Cualquier cosa, pero escribir every single day. Son esos momentos cuando me da la garrotera, y no me quiere soltar.

En fin.

Anoche soñé que estaba en Francia, pero en la Francia de los sesenta mas o menos. Lo raro es que no conozco ninguna de las dos Francias, pero puedo asegurar que sí, era Francia.Todo transcurría en una litera, eso es lo único que me acuerdo. Nada horny ni mucho menos, pero era extraño, muy extraño.

Lo malo de soñar es que siempre despierto con dolor de cabeza. Esto no fue la exepcion.

A las 8.20 suena el despertador, me levanto, tomo desayuno y voy a preu. Vuelvo como a las 2.30, almuerzo, y me doy cuenta que hoy es Sábado 13, y no 11 como yo creía. Así que partí rauda a la Biblioteca a devolver American Psycho.

El libro en sí no es malo, pero las 550 paginas eran evidentemente innecesarias para contar una historia que ya en las primeras 200 aclaraba todo el rollo. Así que me dió lata y asco seguir leyendo las atrocidades que Bateman hacía y simplemente leí el último capítulo para ver que pesaba con este engendro de ser humano.

Como siempre hago cuando llego a la última pagina de todo libro, tapo la última frase, porque siempre, pero siempre, es la más potente, y aveces la curiosidad me mata tanto que la leo sin querer queriendo y mato toda la emoción del vualá moment.

El asunto es que el tipo después de una de sus triviales salidas con sus "amigos" inventa la chiva de tener que ir a devolver películas para escaparse del bar, pero al encontrarse en la puerta mira hacia arriba y lee: ESTO NO ES UNA SALIDA.+

Me quedo unos segundos sentada en la cama, pensando en todo lo que el tipo hacía, o en por qué lo hacía y pienso: Gosh. No pudo haber terminado mejor.
Entonces me levanto, saco el discman de mi mochila, lo meto en mi bolsito patiperro (patippero porque ha recorrido desde providencia hasta camboriú, desde quillón hasta patagual, desde viña hasta talca) le saco plata a mi mama y chao, voy y vuelvo.
Subo a la micro, y después de pagarle al chofer hago el paneo correspondiente para ver donde me siento. Y oh-mi-dió. Me encuentro con más de 8 abuelitas repartidas por todo el bus vestidas muy folcloricamente y cada una con un instrumento diferente. No sé como aguanté la risa. Una de ellas me cede un puesto vacío al lado suyo, y pienso en por qué diablos no traje mi cámara.

Entro a la biblioteca, devuelvo el libro, y voy a la parte de las revistas en busca de algo decente para leer. Hojeo un poco la Capital y nada bueno. Además, estaban todos los asientos ocupados, y leer parada, no way.

Empiezo a hacer la ronda de costumbre y me doy cuenta que han llegado varios libros nuevos. Entre esos el de Woody Allen que hace meses quiero leer, pero no, hoy no era el momento. Así que me voy a la parte de películas, saco Blow Up, y me la llevo.

No tenía ganas de volver a mi casa todavía, asi que me compro un café vainilla de 300 pesos en el Platón, busco una mesa, me siento, saco un cigarro, y empiezo a leer la sinopsis de la película.La acomodo dentro del bolso, y miro a la gente para ver si encuentro a alguien conocido. Al lado mio Carola le contaba a Valentina que no sabía que onda Javier con la Ale, pero que en todo caso le daba lo mismo.

Apago el cigarro, me paro, boto el vasito, saco mis pañuelos, y me sueno.

Fuckin' Flu.

De vuelta escucho Leo Quinteros, afirmandome bien para no caerme. El chofer era todo un Vin Diesel talcahuanizado.
Al llegar a mi casa veo que el movimiento era cero. Mi mamá leía en su pieza, asi que pensé que el ruido de la guitarra no le molestaría. Me encierro, ordeno un poco, y la enchufo. Toco lo de costumbre pero sin la primera cuerda mucho no se puede hacer.

Ojalá la vida me empieze a tratar bien de una buena vez, y si ya lo está haciendo, que me lo haga saber porfavor.

Ah!, y para terminar, que no se diga que los Gajardo no nos alimentamos.